Me siento indignada. Sí. La Selección
Española de fútbol vuelve a casa con las manos vacías. Vuelve a casa muy
pronto, demasiado, y muchos no estábamos preparados para ello. Me considero una
auténtica seguidora, tanto de La Roja como del fútbol. Ayer, me inundé de
tristeza y la noche fue larga. Pero, con un poco de tiempo y perspectiva, me he
dado cuenta que lo que realmente más me molesta no es que perdiéramos, sino las
reacciones que ha provocado. Comentarios en twitter, facebook o imágenes que
circulan por whatsapp ridiculizando al equipo. Los que más detesto, son
aquellos que confunden política con fútbol, que después de mucho tiempo
escondidos, sacan la cabeza para hacer daño. Después, los que le echan la culpa
al entrenador o a los jugadores. Y finalmente, los que utilizan la recurrente
frase de “como siempre, los primeros para casa”.
Os diré algo. O, más bien, os lo
recordaré. Somos la generación que más veces ha visto levantar una copa a
España. Hemos hecho lo que nadie ha hecho jamás, ganar una Eurocopa, Mundial y
Eurocopa, así, del tirón, sin nadie que pudiera vencernos. Muchos estaban
derrotados ayer, y el 0-2 fue un golpe muy duro. Yo confiaba, quería confiar,
porque sabía que esos jugadores estaban allí, en alguna parte. Pero las cosas
no son siempre como queremos, y ayer no debíamos ganar. De todas formas, es de
buen vencedor saber perder de vez en cuando. La gente que se queja de que
siempre es lo mismo cuando apenas tiene 20 años… ¿Ha pensado en todo lo que
nuestros abuelos han visto perder? ¿O nuestros padres? No me creo que despreciéis
a unos jugadores que lo han dado todo por esa camiseta, y a un entrenador que
nos ha indicado el camino. Somos la generación que más ha disfrutado y ganado,
y no podemos olvidar seis años de triunfos por dos partidos malos.
Ahora toca descansar. Y, pasado un
tiempo, volver al trabajo. Hay jugadores que ya no volverán, grandes iconos del
equipo que deben retirarse. No me preocupa. ¿Habéis visto las nuevas
generaciones? Vienen pisando fuerte. Han aprendido a ganar y a vencer y, ahora, aprenderán a levantarse. Puede que
le hayamos dicho adiós a la Copa Mundial Brasil 2014, pero nos estaremos
preparando. Aprenderemos de nuestros errores y volveremos para buscar una nueva
victoria.
Nos vemos en el país vecino dentro
de dos años.